miércoles, 22 de agosto de 2012

Realidades vs. Verdades.

                         Saben, no pretendo que ésta sea una larga nota. No pretendo en ella describir mi cambio en la vida desde mi previa nota. Voy a comentar, si, que soy muy feliz actualmente. Feliz en todo sentido. 
                       Sin embargo, hay algo que me tormenta, más bien apena. Fue mi cumpleaños gran revelador de verdades y realidades. Es verdad que he encontrado gente con quien más interés tengo de salir y relacionarme. Es también verdad que actualmente me siento más capaz de transmitir mi opinión a los demás y de expresar mejor mis deseos. No obstante, es la realidad la que me asusta. Bueno, no me asusta, me entristece. 


                        Si bien banal y poco afectivo, al igual que cada año, esperé encontrar en mi muro de facebook varias felicitaciones por mi cumpleaños. Y así fue. Mucha gente que conozco, mucha gente que lo hizo por compromiso. Pero hubo una felicitación en particular que me llamó la atención. El comentario decía "fc". Ni en mayúscula, ni "besos". Dos letras fueron todo el afecto y tiempo que esa persona dedicó a desearme feliz cumpleaños. Verán, nos es sólo la falta de tacto la que me impresionó sino la persona detrás de dicho mensaje. No fue otra persona que mi ex mejor amigo, y si, no puedo aplicar a esta persona el término de mejor amigo ya, y no, no es por este comentario. Aún comprendiendo mi ausencia con él en estos últimos meses, ausencia que él no colaboró en terminar, no logro encontrar razón alguna para su frialdad hacia mi. en su cumpleaños fui yo quien le organizó toda la fiesta, quien limpió, cocinó y ordenó. Fui yo la que le di todos sus gustos para que él resaltara, fui yo la sobria que organizó a todo el mundo en medio del caos, mientras él seguía bebiendo y luego llorando por estar en pedo. No pido un gran regalo, no pido un discurso inmenso, pido una llamada, un "feliz cumpleaños, te quiero. a ver cuándo nos vemos", un querer verme siquiera para tomar un café. Es increíble que si yo no organizaba para verlo por mi cumple él ni se hubiera enterado. Es increíble que me dijese que no tenía ganas porque "le daba paja". es increíble que tuviese que organizar toda al salida para que él no tuviese que esforzarse en despertarse temprano o caminar hasta donde nos juntábamos. Aún así la organicé porque esperaba que estos 4 meses y 18 años encima lo hubiesen hecho madurar.... pero al parecer y cómo me han dicho, los 18 son sólo un número. 


                         Comprendan que no es sólo la furia la que me aqueja sino que gracias a él me he dado cuenta como mucha gente que en pasados años de mi vida estaba tan atenta a mi cumpleaños, tan alerta a mi felicidad, llegado el momento este año, me los he cruzado en la calle y he tenido que decirles el por qué de mi sonrisa. No pido recuerden mi cumpleaños porque yo no recuerdo el suyo, pero duele notar la diferencia y el cambio que mi figura ha pasado a ocupar en su rango de importancia. Duele, porque son miles los recuerdos compartidos. Duele, porque sabes que su sonrisa es algo que esperabas en ese día en particular, al igual que todos los años. Y a la vez, no duele, porque como yo a ellos, su figura ya no vale en mi lo mismo que antes. Nuevas amistades, nuevos ideales. No aborrezco mi nueva personalidad, al contrario, la acepto y agradezco. Pero es curioso notar como a medida que uno crece, madura y conoce gente nueva, son muchas las cosas que se van dejando detrás, son muchas las personas que se convierten en recuerdos. 



                          El día de hoy me he sentido con la necesidad de transmitirles mi angustia y entendimiento. La vida no es color de rosa, no es tampoco fría ni sombría. La vida es simplemente vida, y tan eterna es la nuestra, en los ojos de nuestros recuerdos. 



                           Gracias nuevamente por leer. Gracias nuevamente por crecer.
                           Hasta la próxima nota, que presiento no será muy distante a ésta.